navidad llegó y nada me deprime más, canta miranda, y yo en general adhiero. pero este año con el tema del estudio las fiestas me cayeron tan de golpe que ni tiempo para eso tuve. así que casi casi que el 24 fue un día como cualquier otro. casi.

creo que por primera vez no estuve pendiente de que sean las 12 para abrir los regalos* (menos mal, porque mis hermanas no se jugaron para nada), sino que me encargué de entretener a mis 3 sobrinos para que no se desesperen ellos. aunque los vivos, desde varias horas antes, ya se habían fijado cuales eran para ellos, de los del arbolito. así que estuvimos jugando a "mamá gata y sus gatitos" (igual a la mamá y los hijos pero intercalando algunos miau), a las estatuas (pobre de mí, creí que sería un juego tranquilo y las bestias bailaban como si se les fuera a salir el cuerpo) y a la mancha ("pero caminando"). las 12 nos encontró mirando los fuegos artificiales de los vecinos, mientras mi hermano calculaba cuánto habían gastado en cada uno y sacaba la cuenta del total (todo lo ve en términos monetarios), y uno de los niños corría a esconderse entre las piernas de su madre, asustado.

y después no salí. estaba lejos, y tampoco tenía ganas. estuvo re linda. así que ya saben, la fórmula para pasarla bien es no dejar que el fuckin' espíritu navideño te invada o rodee.

* no puedo decir lo mismo de mi papá. 69 años y sigue tan pendiente del arbolito como un nene de 4!