quiero que las pasadas 2 semanas vuelvan a empezar, y recorrerlas de nuevo. sobre todo, la parte de despertarme y que él sea lo primero que veo. y volver a rehusar sus besos hasta no haberme lavado los dientes. quiero quejarme toda la vida por esas pendientes que terminaban en alguna vista increible, alguna cascada helada, o algun lago espectacular.

sabía que "el sur" era hermoso, obviamente vi fotos, videos, revistas, páginas, de todo. pero estar ahí, y que te rodee un bosque, una montaña, un lago, el amor de tu vida. es mucho. es maravilloso.

encima, el nabo este me conquistó un poco más cada día. cómo me hace reir, cómo me obliga a admirarlo, a amarlo. y, para mi sorpresa, ni una vez me causó ese fastidio que tan acostumbrada estoy de sentir cuando paso tiempo con alguien, y que odio. la única vez en que estuve cerca de ponerme de mal humor (subíamos un cerro bastante empinado que no terminaba más, y sin agua) logró tan fácil revertirme... es un guacho, digamos.

pasamos las primeras 4 noches en bariloche, en hotel. ahí recorrimos la península del llao llao, con su lago moreno y escondido, bordeamos el gutiérrez y visitamos la cascada de los duendes (todo allá tiene nombre mágico, como salido de los libros de tolkien), y subimos en aerosilla al cerro campanario, desde donde se ve de todo (esa tarde también fuimos a playa bonita, y nos metimos menos de 1 segundo al nahuel huapi... estaba TAN helado!).

después viajamos a el bolsón, y pasamos 2 días en carpa, pachorros, comiendo frambuesas y boysemberries. ahí no hicimos nada, salvo subir al mirador del cerro amigo, que es pedorrísimo. de ahí nos fuimos a lago puelo (también en carpa), quizás el lugar más lindo de todos. en el puelo también nos metimos, un poco más, y por suerte el primer día hicimos todos los circuitos de caminata que nos propusieron, ya que al día siguiente (último ahí) llovió toooooodo el día, tanto que se nos mojaba la carpa por dentro. (momentos de nerviosismo por si seguía así toda la noche... no teníamos lugar para las mochilas, o para nosotros).

de ahí a villa la angostura, al parecer la punta del este del sur. entre lo caro de los restoranes y lo empilchada (sí, usé esa palabra) que iba la gente, hacía un contraste muy grande con los lugares anteriores. ahí estuvimos en una hostería hermosa, a 3 km del centro. fuimos al bosque de arrayanes (en catamarán, nada de caminar esos 12 kilómetros), a la cascada inayacal y mirador belvedere, y a bahía manzano (donde nos adoptó una perrita apodada "bobby lee").

la comida es un tema aparte. porque las excursiones eran una simple excusa para pasar el tiempo entre almuerzo y cena, parece. no cocinamos ni una ensalada en todo el viaje, y nos la pasamos de restorán en restorán (en lago puelo había uno solo, así que hicimos las 4 comidas ahí). trucha, ravioles de trucha, sorrentinos de trucha, salsa de hongos, frambuesas, y una última fondue de carne (algo que nunca había probado, muy divertido) fueron parte del menú. todo riquísimo (menos el pollo con salsa con olor a caca que nos sirvieron en el micro de vuelta).

en fin. estuvo hermoso. (tantas palabras para decir eso que acabo de decir en 2, sí).