los engatuso y los atraigo como la miel a los osos y cuando están pegados y ya no pueden escapar, transformo la miel en hiel y que sufran. mi imagen se les presenta como un desafío, como diferente, como algo que no se deja conquistar, y es tarde cuando se dan cuenta de que en vez de un premio se llevaron lo que realmente soy (una versión tanto más complicada y rebuscada y hasta realmente malvada). se acercan, y lo disfruto, y no me quiero convencer de que lo están haciendo por el lado que no quiero hasta que pasó tanto tiempo que me están pidiendo una definición, una definición que obviamente los va a hacer mierda. y esa mierda soy tan yo que la historia se repite, y se repite, y se repite. jamás aviso a tiempo. y obviamente cuando quizás se me ocurre prevenir lo que vendrá, lo toman solamente como un obstáculo más en esa carrera hacia lo que creen ver pero no existe. y nadie se salva. guarda que te puedo abrazar de más (quizás justo cuando miraste a otra), guarda que podés malinterpretar mi mirada, guarda que esa persona tan inocente que ves puede tener varias armas escondidas. y encima hasta quizás me doy el lujo de la autocompasión al quedarme con tanta culpa e invitarme a creer que ella quizas es aún peor que el pesar que puedo llegar a provocar en los otros. (aparte, "provocar pesar en otros", quien sos?).

acá es cuando necesito a pablo para que me rete un poco. no porque me evitara tener que hacerlo yo (porque eso siempre era un plus), sino porque la mayoría de las veces (salvo cuando él estaba involucrado), sus golpes daban justo en el blanco. pero bueno, quizás la última aclaración lo haga errar esta vez. aunque a la distancia, quien te dice.