28.6.07

anoche terminé este cuatrimestre (quedan los benditos finales), y creo que fue el más raro que cursé entre las 2 carreras. tanto, que innové con las notas: venía con todos sietes, ochos y nueves, y ahora agregué un seis y un diez.

lo peor es que ambos apestan por igual: el diez, porque no me esforcé nada por conseguirlo, y sentir que vino de pura generosidad no está bueno; el seis, porque es un seis, obvio, y por lo tanto pedorro. y porque una de las notas que lo conforman es menor a la que me parece que me tendría que haber sacado (pero bueno, fue un oral y evidentemente soy peor en este tipo de examen de lo que creía).

ahora, a tratar de convertirlo en un siete, en el final. aunque, tiene razón martín en que "lo importante es aprobar".

2 comentarios:

Christ dijo...

No hay nada peor que quedarse inconforme con una nota, NADA! esa impotencia, esa bronca, eso...

Romi dijo...

¡¡Me mató la segunda etiqueta!!